SIEMPRE HABÍA SIDO LESBIANA Y NO LO SABÍA
escrita por LaGaJasEm andamento
Capítulos 1
Palavras 647
Atualizada
Idioma Espanhol
Categorias 1 Litro de Lágrimas (Ichi rittoru no namida)
Gêneros LGBTQIAPN+
Capítulo 1
No era mi amiga, era una total desconocida, hasta esa noche que su mirada se cruzó con la mía.
Tan extraña me sentí al ver que me sonreía,
Era una mujer y de su mirada me sorprendía.
Estabamos en un bar,
Ella sola y yo sola también,
Yo en busca de un poco de emoción.
Pero por un instante sentí que no entendía el porqué aún estaba ahí.
Empecé a corresponder a las miradas de aquella mujer,
Que por encima se le notaba que algo me quería decir.
Me pregunté:
-Será lesbiana?
Yo no lo soy,
Pero me sentía envuelta en su juego. Y llegó un momento en que yo tampoco podia dejar de mirarla.
De repente, llegó el mesero con una nota que decia:
-¿me puedo sentar en tu mesa?
No fué necesario preguntarle quién la enviaba, así que con mi cabeza asentí.
Al ver que se acercaba aquella mujer mi cuerpo empezó a temblar, no sabía qué iba a decir, era una mujer muy bella; de cabello corto y piernas gruesas. Era verdaderamente hermosa y me sentía extraña al reconocerlo.
Por fín llegó, me saludó y me dijo su nombre:
-Me llamo Romina y tú?
Yo tragué en seco mientras cobraba valor para hablar y finalmente respondí:
-Crystal, me llamo Crystal.
De pronto el alcohol empezó a tener el control sobre mi y me entregué por completo a su juego que aún no sabía cómo terminaría.
No sé cuánto tiempo pasó, si fueron minutos, segundos o largas horas; pero cuando retomé un poco de consiencia estabamos en la habitación de un motel.
Ella acariciaba mi espalda mientras yo sólo veía el cuadro de un gran león que colgaba en la pared, sentia que el león me miraba con ojos acuzantes, como recriminandome el porqué estaba ahí, por eso decidí cerrar mis ojos y simplemente sentir.
Ella empezó a recorrer todo mi cuerpo con sus manos, era toda una especialista, sabía perfectamente dónde tocar y cómo hacerlo,
Podría jurar que nunca un hombre me habia hecho sentir lo que esa noche Romina me estaba haciendo vivir.
Empezó a besar mis senos, mientras tocaba mi excitación. Yo era una total inesperta, no sabia qué hacer, jamás imaginé besarne con otra mujer y esa noche no sólo me estaba besando con ella sino que también le estaba entregando mi cuerpo y todo mi pudor.
Paró un momento y sin pronunciar palabra alguna metió su lengua en mi vagina, sabía que yo no me negaria a su proceder y no se equivocó,
Yo gemía de plácer, mi cuerpo estaba a punto de explotar. Yo la veía tan emocionada y tan segura de lo que hacía, ella era el prototipo de hombre que toda mujer anhela tener en la cama, pero toda esa masculinidad estaba encerrado en el cuerpo de esa mujer.
No paraba de mover su lengua dentro de mi, mientras el calor de mi cuerpo aumentaba hasta que dí el más fuerte gemido que jamás en la vida habia dado y vi su cara de satisfacción, logró lo que queria, ver arder mi cuerpo en pasión.
Y después de aquellos minutos de locura dormí complacida.
Al despertar ella no estaba y yo empecé a recordar cada suceso de esa noche tan intensa, pero no me arrepentí, íncluso mi cuerpo me pedía repetir.
Esa mujer desperto en mí tantas pasiones que quedaron latentes y fué ahí que descubri que siempre había sido lesbiana y no lo sabía.
Para mi sorpresa cuando entre al baño para ducharme encontre una nota que decía:
-"Fué un placer atenderte como nunca nadie lo había hecho, que cómo lo supe?
Tus gemidos me lo dijeron.
Firma: Romina".
Y debajo los dígitos de un número celular.
Y me dije: acaso fué tan obvio lo muerta que estaba como mujer, que se dió cuenta lo viva que me hizo sentir.
En la tarde llamé a su número y quedamos de encontrarnos en el mismo bar, quería verla, quería perdirle que me volviera a hacer sentir lo que sólo ella logró, hacerme sentir viva, hacerme sentir mujer.
LaGajas
Cartagena/Colombia
07-07-18
(Todos los derechos reservados)
No era mi amiga, era una total desconocida, hasta esa noche que su mirada se cruzó con la mía.
Tan extraña me sentí al ver que me sonreía,
Era una mujer y de su mirada me sorprendía.
Estabamos en un bar,
Ella sola y yo sola también,
Yo en busca de un poco de emoción.
Pero por un instante sentí que no entendía el porqué aún estaba ahí.
Empecé a corresponder a las miradas de aquella mujer,
Que por encima se le notaba que algo me quería decir.
Me pregunté:
-Será lesbiana?
Yo no lo soy,
Pero me sentía envuelta en su juego. Y llegó un momento en que yo tampoco podia dejar de mirarla.
De repente, llegó el mesero con una nota que decia:
-¿me puedo sentar en tu mesa?
No fué necesario preguntarle quién la enviaba, así que con mi cabeza asentí.
Al ver que se acercaba aquella mujer mi cuerpo empezó a temblar, no sabía qué iba a decir, era una mujer muy bella; de cabello corto y piernas gruesas. Era verdaderamente hermosa y me sentía extraña al reconocerlo.
Por fín llegó, me saludó y me dijo su nombre:
-Me llamo Romina y tú?
Yo tragué en seco mientras cobraba valor para hablar y finalmente respondí:
-Crystal, me llamo Crystal.
De pronto el alcohol empezó a tener el control sobre mi y me entregué por completo a su juego que aún no sabía cómo terminaría.
No sé cuánto tiempo pasó, si fueron minutos, segundos o largas horas; pero cuando retomé un poco de consiencia estabamos en la habitación de un motel.
Ella acariciaba mi espalda mientras yo sólo veía el cuadro de un gran león que colgaba en la pared, sentia que el león me miraba con ojos acuzantes, como recriminandome el porqué estaba ahí, por eso decidí cerrar mis ojos y simplemente sentir.
Ella empezó a recorrer todo mi cuerpo con sus manos, era toda una especialista, sabía perfectamente dónde tocar y cómo hacerlo,
Podría jurar que nunca un hombre me habia hecho sentir lo que esa noche Romina me estaba haciendo vivir.
Empezó a besar mis senos, mientras tocaba mi excitación. Yo era una total inesperta, no sabia qué hacer, jamás imaginé besarne con otra mujer y esa noche no sólo me estaba besando con ella sino que también le estaba entregando mi cuerpo y todo mi pudor.
Paró un momento y sin pronunciar palabra alguna metió su lengua en mi vagina, sabía que yo no me negaria a su proceder y no se equivocó,
Yo gemía de plácer, mi cuerpo estaba a punto de explotar. Yo la veía tan emocionada y tan segura de lo que hacía, ella era el prototipo de hombre que toda mujer anhela tener en la cama, pero toda esa masculinidad estaba encerrado en el cuerpo de esa mujer.
No paraba de mover su lengua dentro de mi, mientras el calor de mi cuerpo aumentaba hasta que dí el más fuerte gemido que jamás en la vida habia dado y vi su cara de satisfacción, logró lo que queria, ver arder mi cuerpo en pasión.
Y después de aquellos minutos de locura dormí complacida.
Al despertar ella no estaba y yo empecé a recordar cada suceso de esa noche tan intensa, pero no me arrepentí, íncluso mi cuerpo me pedía repetir.
Esa mujer desperto en mí tantas pasiones que quedaron latentes y fué ahí que descubri que siempre había sido lesbiana y no lo sabía.
Para mi sorpresa cuando entre al baño para ducharme encontre una nota que decía:
-"Fué un placer atenderte como nunca nadie lo había hecho, que cómo lo supe?
Tus gemidos me lo dijeron.
Firma: Romina".
Y debajo los dígitos de un número celular.
Y me dije: acaso fué tan obvio lo muerta que estaba como mujer, que se dió cuenta lo viva que me hizo sentir.
En la tarde llamé a su número y quedamos de encontrarnos en el mismo bar, quería verla, quería perdirle que me volviera a hacer sentir lo que sólo ella logró, hacerme sentir viva, hacerme sentir mujer.
LaGajas
Cartagena/Colombia
07-07-18
(Todos los derechos reservados)
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