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Fanfics de Las chicas del cable com Francisco

Imagines

escrita por OliviaAndSabrinastan
Fanfic / Fanfiction Imagines
Em andamento
Capítulos 2
Palavras 649
Atualizada
Idioma Português
Categorias Anne with an "E" (Anne), As Patricinhas de Beverly Hills, Billie Eilish, Blackpink, Camila Cabello, Coraline, Descendentes, Dynasty, Enola Holmes, Euphoria, Everything Sucks!, Fifth Harmony (5H), Friends, Game Shakers, Garota conhece o Mundo (Girl Meets World), Harry Potter, Histórias Originais, Hotel Transylvania, I Am Not Okay with This, It: A Coisa, K-12, Katherine Langford, Las chicas del cable, Liv e Maddie, Lucy, Malévola (Maleficent), Melanie Martinez, O Diário da Princesa, One Direction, Pretty Little Liars, Riverdale, Sam & Cat, She-Ra, Sou Luna, Stranger Things, The Thundermans, This is Us, Victorious, Vis a Vis
Gêneros Ação, Aventura, Comédia, Drama / Tragédia, Famí­lia, Fantasia, Ficção, Ficção Adolescente, Ficção Científica / Sci-Fi, Gay / Boys Love, Lésbica / Girls Love, LGBTQIAPN+, Literatura Adulta, Literatura Feminina, Luta, Magia / Misticismo, Mistério, Policial, Romântico / Shoujo, Suspense, Terror e Horror, Universo Alternativo
🌼 Jack Dylan Grazer, Camila Cabello, Lauren Jauregui, Shawn Mendes, Jade Thirlwall, Perrie Edwards, It a coisa, Stranger Things, Anne with an e, Finn Wolfhard, Maya Hanke, Sadie Sink, Millie Bobby Brown, She-Ra, Las Chicas Del Cable. 🌼
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Ecos en las líneas

escrita por IgnacioGabis
Fanfic / Fanfiction Ecos en las líneas
Em andamento
Capítulos 1
Palavras 211
Atualizada
Idioma Espanhol
Categorias Las chicas del cable
Gêneros Ficção, Ficção Científica / Sci-Fi, Suspense
Ecos en las líneas


Universo Alternativo — Madrid, 1935

La central de Telefonica de Madrid era um edifício que latia como un corazón nervioso en el centro de la ciudad, a través de su líneas corrían secretos, susurros y promesas no cumplidas. Pero en la primavera de 1935, había algo diferente. Las voces no parecían ser solo humanas.

Capítulo 1 — Voces del más allá


Lidia Aguilar caminaba por el pasillo de la central con pasos calculados y postura muy elegante, ya que ahora era jefe de las operadoras, demostrándose proactiva y diligente, pero había algo diferente en el ambiente. En las últimas semanas, tres telefonistas habían presentado certificado médico — todas alegando oír voces estrañas en los tubos de los teléfonos, susurros en lenguas que no conocían, llamadas que no existían en los registros.

— Esto se está poniendo peligroso — murmuró Ángeles, la única de las veteranas que aún insistía en permanecer. — Ayer una de las novatas estalló en lloro al oír un grito por el teléfono… pero no había nadie en la línea.

Lidia no era de asustarse fácilmente. Ya había enfrentado chantajes, traiciones y casi lo había perdido todo más de una vez. Pero aquello… era diferente. Era invisible. Impalpable.

En aquella noche, ella decidió quedarse hasta más tarde para revisar los registros de llamadas. Sola, en la sala de supervisión, hojeaba los papeles mientras la luz de la lámpara tiritaba. Fue entoncs que el teléfono tocó.

— Central deTelefónica, Lidia hablando.

Silencio. Después, un ruido agudo. Y entonces una voz… la voz de Isabel, su madre, muerta hace casi diez años:

— Lidia… no estás segura. Él está entre ustedes.

El aparato cayó de su mano.


Capítulo 2 — Francisco


Francisco volvió a Madrid después de meses fuera, ahora como investigador privado. Llamado por Carlota, que desconfiaba de sabotaje interno, él sabía que algo más profundo estaba ocurriendo.

Cuando vio a Lidia nuevamente, en el hall de la central, los sentimientos se agitaron — todavía había entre ellos aquel lazo invisible, herido pero no roto. Ella contó sobre la llamada.

— Eso no es locura, Francisco. La voz era de ella. De la misma forma que hablaba conmigo cuando era niña

Él, desconfiado, pidió para investigar los cables y la central. En aquella noche, entró por la puerta del fondo con Marga guiándolo. Y allí, entre cables enroscados y hierros oxidados, encontró algo sorprendente: un grabador escondido, acoplado a uno de los paneles principales.

Pero lo que oyeron allí era más que un simple espionaje.

— La Red precisa silenciar las voces disonantes.
— La guerra empieza por la información.


Capítulo 3 — La Conspiración


El hallazgo revelaba un complot político: una organización clandestina llamada La Red usaba la central para manipular mensajes, rastrear opositores y distribuir desinformación. Alguien allí dentro era cómplice — y estaba intentando enloquecer a las operadoras que sabían demasiado.

Lidia y Francisco corrieron contra el tiempo. Ángeles desapareció. Marga comenzó a ser seguida. Francisco fue atacado por dos hombres encapuchados. Pero la peor parte vino cuando Lidia recibió otra llamada:

— O tú entregas los registros o Francisco va a morir, como los otros.

Sin alternativas, ella marcó un encuentro en la propia central para entregar los papeles falsificados.

Pero había una trampa. Y ella, estaba preparada.


Capítulo 4 — Ecos del Pasado


En la sala oscura de la central, cuando los miembros de la Red aparecieron, Lidia ya había activado la transmisión directa con la policía — una idea ingeniosa de Carlota. Francisco, herido, llegó a tiempo de ayudarla a inmobilizar a uno de los agentes.

La conspiración fue desmantelada. Pero la central… nunca más fue la misma.

Aun después de la investigación, algunas telefonistas juraban oír susurros cuando todas las líneas estaban silenciosas.

Y Lidia, a veces, paraba delante del teléfono antiguo de su sala y esperaba. Esperaba escuchar nuevamente aquella voz familiar.

— Tú no estás segura…

Tal vez las máquinas cargan más que impulsos eléctricos. Quizás cargan memorias.


Capítulo 5 – Entre Líneas Cruzadas


Los periódicos del día siguiente estamparon títulares discretos sobre la desarticulación de una célula extremista infiltrada en las comunicaciones de Madrid. Pero los nombres de los involucrados — y de los héroes — jamás se supo nada. Era mejor así.

Lidia volvió al trabajo, pero ya nada parecía igual. Ángeles no daba señal de vida todavía. Marga decidió salir de la central, con miedo de represalias. Carlota estaba siendo vigilada. Y Francisco… continuaba hospitalizado, recuperándose lentamente del ataque.

El misterio continuaba. Aun con la prisión de tres integrantes de la Red, había una sensación incómoda de que alguien pudiera escaparse. Una mente detrás de todo. Alguien con acceso a todo — incluso al pasado.

Entonces, en una noche lluviosa, Lidia encontró un sobre sin remitente sobre su mesa. Dentro, una carta escrita a mano:

“Ni toda verdad puede ser oída. Algunas precisan ser enterradas con el silencio.
Estás escuchando demasiado, Lidia._”

Había también una fotografía: ella, con Francisco y Ángeles… sacada dos días antes del desaparecimiento de Ángeles. Pero ninguno de ellos se acordaba de eso.


Capítulo 6 – Voces que Vuelen


Francisco salió del hospital determinado a encontrar a Ángeles. Con la ayuda de Carlota, descubrieron una pista: una transferencia no autorizada de llamadas para una dirección rural fuera de la ciudad — una antigua estación telegráfica.

Lidia insistió en ir con él. Cuando llegaron allí, encontraron la estación destruída y abandonada. Pero los cables todavía estaban conectados… a algo. Y allá, encerrada en uno de los cuartos, estaba Ángeles — viva, pero traumada.

— Ellos me dejaron aquí. Dijeron que yo “escuchaba demasido”…

Antes que pudieran salir, la radio de la estación emitió un silbido. Una voz metálica llenó el aire.

“Ustedes creen que vencieron, pero solamente cortaron un cable. La red esta compuesta por muchos.”

La transmisión se cortó y ellos salieron corriendo.


Capítulo 7 – La Última Llamada


De vuelta a la central, Lidia y Francisco sabían lo que precisaban hacer. La última parte del sistema de la Red estaba en los archivos magnéticos de seguridad, que la empresa mantenía desde los test iniciales de la línea. Allá, escondido entre grabaciones comunes, había un último programa de escucha automatizado — uno primitivo, pero eficaz sistema de interceptación por reconocimiento de voz.

Quien quiera que esté detrás de eso, alimentaba el sistema con voces del pasado. Fue por eso que Lidia oyó a su madre — era una grabación antigua, usada para provocar inestabilidad emocional.

Ellos consiguieron desactivar el programa. Pero antes de borrar los datos, Lidia insistió en oír la última grabación. Una línea marcada con el número “#0000”.

— Francisco… si estás escuchando esto, fallé. Ellos me usaron. Perdóname.
Era la voz de Carlos Cifuentes, el antiguo director — y el padre biológico de Eva, la hija de Lidia.

Francisco, a su lado, pestañó, sintiendo la rabia y la tristeza mezcladas.

— Él no murió… al azar.


Epílogo – El Silencio Entre Las Voces


Meses después, la central volvió a operar normalmente. Ángeles dejó la ciudad de Madrid con su hija. Marga fue para el campo para reconstruir su vida. Carlota entró para la resistencia — en silencio.

Lidia y Francisco permanecieron. No había promesas — solamente la sensación de que la lucha aún no había llegado a su fin.

A vecess, sola, Lidia todaví oía ecos cuando los teléfonos estaban demasiado quietos. Voces entrelazadas con la historia, con el tiempo, con el dolor.

Pero ahora, ella sabía distinguir lo que era real. Sabía que ni todas las verdades venían de afuera.

Algunas… venían de adentro.

Y por más distantes que parecieran, las líneas entre los vivos y los muertos aún estaban conectadas.


Fim
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