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História Alone... In the Dark (Gerard Way) - 🌹 Capítulo 9 🌹


Escrita por: Dark_Blue_Moon

Capítulo 9 - 🌹 Capítulo 9 🌹


Fanfic / Fanfiction Alone... In the Dark (Gerard Way) - 🌹 Capítulo 9 🌹

 Me siguió tratando de detenerme pero no lo dejé. Abrió la boca para hablar pero yo nuevamente lo interrumpí.

—No Gerard, no hay vuelta atrás, sé lo que hiciste y creo que en vez de darme explicaciones deberías ir con ella para que seas feliz.

—¿De qué diablos hablas? —pregunta confundido.

Nuevamente me tomo un segundo para mirarlo, parecía bastante perdido en la historia, aunque tal vez lo fingía muy bien. Aún así creo que las cosas están mejor si nosotros nos dejamos de hablar y vayamos cada uno por su camino.

Mis ojos se llenan de lágrimas al pensarlo y Gerard toma mi mano y me guía hasta su salón que ahora está vacío. Me siento en la mesa de su escritorio y él me acaricia suavemente el mentón. Dios, no quiero irme de su lado, no quiero que deje de quererme y no quiero olvidarlo para siempre.

—¿Por qué dices todo eso, Lucy? —pregunta suavemente mientras me mira a los ojos.

Bajo la mirada, no sé qué debería decirle o cómo debería actuar ahora, sólo quiero que sea feliz al final.

—Ya no quiero volver a verte —murmuré con dolor en mis palabras.

A él se le llenaron poco a poco los ojos de lágrimas.

—¿Por qué? ¿Por qué me dices eso? ¿Por qué de repente ya no quieres saber nada de mí?

Comienzo a sollozar y él me lleva a su pecho en un tierno abrazo,  aunque inmediatamente pienso en las fotos que me llegaron y me alejo de él aún más triste... Ni siquiera estábamos en una relación, además de que siempre pensaba que debía ir con Beatríz y casarse con ella, ahora sé lo duro que es eso realmente para mí. No quiero que se case con ella, no quiero que tengan hijos... Pero quiero que sea feliz.

—Deja de pensar, no importan los motivos... Te dije que tú eras lo que me hacía feliz —susurró y acertó como si leyera mis pensamientos.

Pero sé que es mentira, él no es feliz, Gerard no puede esperar nada de mí, no podemos salir al parque juntos, no podemos tener hijos, no podemos salir al cine y no me puede abrazar delante de las demás personas.

Nuevamente lo rechazo y me bajo de la mesa.

—Escucha, quiero que seas feliz, que tengas una pareja a tu edad y completamente normal, quiero que te cases y tengas hijos, quiero que puedas hacer una hermosa familia. Gerard sólo aléjate de mí, siempre he sido totalmente independiente en cuestión de sociabilidad y así será siempre, no me molesta, me deprime pero me gusta estar sola, no quiero que te preocupes por nada de mí y lo mejor sería que te olvidaras de todo lo que algún día pasó entre nosotros —tomo una pequeña pausa y suspiro con fingido valor—. Esto es todo y no quiero que trates de hacerme cambiar de opinión.

Me quedo callada y él baja la cabeza.

—¿No me dejarás hablar? —pregunta y yo niego lentamente—. Bueno... creo que sólo... adiós.

—Adiós —susurro y doy media vuelta.

Abro la puerta y pero él me detiene.

—Un último abrazo —susurra suplicante y yo corro a sus brazos destrozada... El último.

Se aferra a mí fuertemente al igual que yo y poco a poco nos separamos. Nuestras caras quedan bastante cerca y puedo ver claramente su rostro afligido que me rompe completamente el corazón. Ambos nos acercamos lentamente hasta que nuestros labios chocaron levemente y poco después se abren a un pequeño lento beso en el cual se nos va la vida.

Acaricio su cabello mientras él pone sus manos en mis caderas y las aprieta suavemente. Nuestras lenguas apenas se alcanzan a tocar y sus suaves y dulces labios danzan junto a los míos dejando en claro la despedida.

Momentos después el oxígeno se nos acaba y ambos nos separamos jadeando, lo miro a los ojos y nuevamente comienzo a llorar. Dejo un suave beso en su mejilla y me alejo de él hasta llegar a la puerta, la abro y vuelvo a mirarlo.

«Adiós» me despido de  él mentalmente y salgo del salón.

Dios... No, no podré.

(...)

Bajo la cabeza y tapo mis ojos, grito y levanto la cabeza desesperada. Aún siento el sabor de sus labios en los míos y no puedo dejar de pensar en él... ¿Por qué? ¿Por qué me siento tan mal después de haber hecho algo tan bueno para él? Sollozo y me pongo la capucha de la chamarra que llevo puesta. Una pareja pasa a mis pies y parecen estar peleando... Genial, lo que me faltaba, aunque sólo duran unos segundos aquí y después se van.

Miro a mi alrededor, estoy bajo un puente, un vieja estación de trenes abandonada que solo sirve de camino hacia las pequeñas casas del barrio de más adelante. Las vías del carril están a un lado de mí, aunque para mi mala suerte no ha pasado ningún tren en años por aquí. Me acerco a la orilla y me siento, dejando que mis pies queden colgando.

«Debo de dejar de pensar en él» me repito una y otra vez aunque nunca sirve.

El sol se pone en la colina de enfrente y yo sólo puedo dejar que mis lágrimas caigan como cascadas sobre mis mejillas.

Nuevamente bajo la cabeza y me abrazo a mí misma. Siento a alguien sentarse al lado mío pero me da igual.

—¿Llorando? —pregunta y me doy cuenta de que es un chico.

Lo miro, tiene el pelo un tanto largo color negro que tapa un poco sus ojos vainilla, lleva una camisa con el logo de una banda que no conozco, pantalones negros y botas del mismo color, frunzo el ceño... No se ven muchos tipos así por aquí.

—No importa —murmuro y miro al horizonte.

—Venía con mis amigos pero al parecer quisieron ir a un bar por alcohol —comentó mirándome fijamente.

—¿Y no vas con ellos porque no tomas? —pregunte volteándolo a ver.

—No, sí tomo, pero no ahora. Sólo estoy en recuperación —aclara riendo un poco aunque yo no sé por qué —. Oh es sólo que mis padres todavía se preocupan por mí y piensan que lo dejaré si me internan o me mandan a recuperación en pláticas. En cualquier momento volveré a tomar, de todos modos.

Asiento y frunzo el ceño, nunca lo había visto antes pero no me siento extraña al estar hablando con él o a su lado.

—Ey, ¿tú y yo no vamos a la misma escuela? —pregunto intrigada.

—No lo creo —suela una pequeña risa—, hace tiempo que dejé de ir a la escuela para dedicarme a la música.

—Oh, ¿tienes una banda? —pregunto un poco emocionada y él asiente.

—Ya veo que nuestra banda no es tan conocida —murmura bajando la cabeza con una pequeña mueca de decepción.

—Oh no, es sólo que yo no estoy muy metida en el mundo de la música realmente.

—Oh, entiendo.

Limpio mis lágrimas y sorbo por la nariz.

—¿Por qué lloras? ¿Es por un chico cierto? —preguntó y lo miro intrigante... Acertó.

Asentí y él sonrió melancólico.

—Una vez me vi como tú. Una chica totalmente atrevida y sociable me atrapó, y aunque fuimos novios la relación nunca acababa bien, era un ir y venir doloroso para ambos. Sólo quería ser feliz con ella realmente, aunque creo que nunca entendí cuál era el verdadero concepto de felicidad —contó melancólico mientras movía los pies—. Al final ambos decidimos tomar caminos diferentes y creo que fue la mejor decisión para ambos... Aunque fue muy difícil olvidarla.

Lo miré a los ojos, estaba siendo muy personal y sincero conmigo.

—Ya veo, creo que yo también tomé la desición correcta —murmuré con la poca valentía que me quedaba.

—Casi te lo puedo asegurar, sólo se fuerte, tú eres muy jóven, mucho más que yo y sé que él no será ni el último ni el único —decía totalmente convencido y seguro de sus palabras.

Y me lo creí, tal vez Gerard sólo es la persona equivocada y no podía seguir metiendo el dedo en la herida al recordarlo.

—Es cierto —murmuré.

—¿Qué dijiste? —dijo divertido— Dilo más fuerte.

—Es cierto —dije con más fuerza y valor.

—Sigo sin escucharte, ¡¿Qué fue lo que dijiste?!

—¡Es completamente cierto! ¡No necesito a Gerard ni él me necesita a mí! —grité levantándome del suelo y con gran euforia.

—¡Eso es! —alegró él también y yo lo abracé.

—Gracias —murmuré entre sus brazos.

—Ni lo menciones. Yo vivo en las casas de atrás y paso diariamente por aquí así que puedes venir a verme cuando quieras —inquirió divertido y yo asentí.

—Por supuesto. Debo volver a casa, ya es tarde y estoy casada. Un gusto conocerte...

—Frank, Frank Iero.

—Bueno Frank, yo soy Lucy Anderson, nos vemos luego —susurré y me separe de él.

—Muy bien Lucy, te estaré esperando.

Y sin más, regresé a mi casa.

(...)

Caminaba por los pasillos de la escuela mientras recordaba las palabras de Frank la última vez, ya casi se acercaba el fin de semana y tenía que ser fuerte si veía a Gerard por alguna parte.

Bajo la cabeza y aprieto con fuerza los libros que llevo sobre mi pecho, quiero que las clases se acaben ya antes de que aparezca Gerard. Choco con alguien y me doy cuenta de que es la señorita White.

—Disculpe —murmuro y ella levanta mis libros.

—Que bueno que te alejaste de Gerard, ya viste que él no es para ti... Literalmente, viste como me cogía —comentó y yo la vi con la boca abierta.

Así que había sido ella misma la que me había enviado esas fotos... ¡Es una maldita!

—¿Disculpe? Yo nunca estuve con el profesor Way.

—Eso, no le hables de tú, llámalo profesor Way porque ahora él es mi novio y pronto será esposo y padre de mis hijos. Así que al final tú sólo serás una zorra que trató de seducir a mi marido en esta historia —dijo con frialdad y me aventó los libros.

Mis ojos se llenaron de lágrimas pero traté de contenerme y fingir que sus palabras no me herían.

—Recuerde que también relacionarse con colegas del trabajo está mal señorita White, aunque en su caso sería estar encima del profesor Way con las patas abiertas y las tetas en su cara... Como un puta ofrecida —dije defendiéndome.

Ella se ofendió y sin más dio media vuelta y se fue. Ufff, al parecer no es alguien tierna, dulce y que eligió este trabajo por los niños, sino todo lo contrario, para meterse a la cama de todos los profesores.

Me metí al baño de chicas y lloré por un buen tiempo, realmente sus palabras me habían herido en lo más profundo.

«—Fue la decisión correcta. » aparece la plática con Frank en mi mente y me limpio las lágrimas enojada. Ella no se merece mis lágrimas y no las tendrá.

Salgo del baño y voy a mi siguiente clase.

(...)

La campana suena y mi pulso se acelera... Toca Inglés con Gerard. Guardo mis cosas y tardo un segundo en decidir si voy a su clase o no, pero luego recuerdo a Frank y pienso en que debería ser fuerte.

Voy hasta su salón y noto que ya faltan pocos alumnos para que cierre la puerta y empiece la clase. Me doy cuenta de que no está por ninguna parte y cuando ya todos están en sus respectivos asientos, él entra y sin mirarme empieza la clase. Su cabello está despeinado y parece ligeramente cansado y jadeante, miro su cuello y casi puedo sentir que comienzo a sollozar cuando noto todos los chupetes que terriblemente oculta con una bufanda.

Bajo la cabeza y aprieto los puños.

«Frank, piensa en Frank, Lucy» me digo a mí misma mientras siento como las lágrimas se acumulan en mis ojos.

20 minutos después la clase termina y yo me tardo mucho más en guardar mis cosas, percibo sus cortas miradas sobre mí y casi puedo sentir su angustiante aura pidiéndome que lo abrace... Seguramente la mía está peor.

—Hasta mañana, profesor Way —murmuro y bajo la mirada.

—Señorita Anderson —dice en un corto despido.

Lo miro rápidamente y todo mi cuerpo grita que vaya corriendo a abrazarlo y besarlo, pero casi inmediatamente pienso que lo que hice no es por mí, sino que es por él.

Salgo del salón, nuevamente destrozada. Mi corazón palpita rápidamente y de nuevo me veo llorando tontamente. Voy al baño y lavo mi cara, no importa cuántas veces tenga que venir a hacerlo, no quiero que me vean llorar una vez más.

Mi cara se ve demacrada, es como me he sentido todo este tiempo sin Gerard, mis ojos se ven cansados, rojos e hinchados, el color negro de mi cabello y mi ropa no ayudan a mi piel súper blanca y parezco un muerto. Limpio mis manos y salgo de ahí.

Mi mente queda en blanco y siento un pinchazo en mi corazón. La señorita White y Gerard se están besando recargados en su coche, desde el ángulo en que estoy no puedo verlo a él pero pienso que es mejor... Seguro se la está comiendo a besos.

Cierro mis ojos fuertemente y salgo corriendo a mi casa.  


Notas Finais


Nuevo personaje... ¿Qué les parece?
Gracias por los votos y los comentarios, me alegran muchísimo el dia ❤
PD: Frank Iero en la multimedia


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