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História La lista del Fénix - Séptimo círculo: el hedor de los violentos


Escrita por: IngridAlighieri

Capítulo 15 - Séptimo círculo: el hedor de los violentos


⚠ probablemente haya un poco de tortura ( solo un poco), así que lean bajo su responsabilidad. gracias ⚠
































Con bastante pesadez comenzó a abrir los ojos, el dolor en la mandíbula y en su cabeza aún era bastante latente. Dispuesto a levantarse movió su cuerpo, percatándose que se encontraba totalmente inmovilizado. 


— oh, con que al fin has despertado — escuchó depronto. 

Girando levemente su cabeza vió como en el costado derecho estaba aquel sujeto con esa horripilante máscara cubriendo su rostro


— ¿ sabes? — volvía a decir mientras se acercaba a Jai inclinándose levemente— estuve a punto de iniciar la diversión contigo inconciente, pero no hubiese sido divertido ¿ no? — dió un par de palmaditas en el rostro del otro, en tanto se volvía a enderezar


— ¿ q-quien mierda eres? — preguntó Jai forcejeando con las esposas que apresaban sus muñecas y también sus tobillos manteniéndolo completamente sin movimiento. Sintiendo el dolor punzante en las heridas que habían hecho las flechas


— un juez, un jurado, un verdugo, Dios, Lucifer, Satanás, un culpable— continuó hablando mientras tomaba uno de los guantes de látex y lo ponía en su mano— un victimario, un chico cuerdo, un tipo loco. Últimamente soy muchas cosas, buen Señor —


— maldito loco de mierda — miro Jai al tipo que ahora se había puesto el otro guante cubriendo completamente sus manos. Mirando hacia todos lados, con la oscuridad tenue aún como compañera — ¡ esta mierda es obra tuya, gaijin! — alzó la voz retador— ¡¿ acaso no tienes los malditos huevos para hacer tu trabajo sucio, bastardo de mierda?! ¡ has enviado a un payaso a hacer tu trabajo! —


— éste maldito es un bocazas— escuchó depronto Jai girando su cabeza encontrándose con la mujer que lo había capturado 


— perra hija de puta— solo dijo el hombre para después escupir a la mujer


— voy a cortarte la puta lengua— habló con molestia Jessi propinándole un fuerte puñetazo en la cara


— bueno — habló nuevamente Jimin — ya estoy listo— miro a Jai — ¿ conoces a alguien llamada Sally? —


— no —


— supongo que tu memoria puede ser algo frágil — dijo Jimin— hace varios  años atrás en Tailandia, tenías una debilidad por las prostitutas. En especial por una linda chica llamada Sally. Según sé, la nombraste de tu propiedad ¿ no es así?. Pero vamos — movió las manos— esa mujer era una prostituta, su labor era abrir las piernas a los clientes. Lamentablemente para tí eso no fue bueno, y un día tomaste a nuestra pequeña Sally y cerraste su vagina ¿ recuerdas ahora? —


— vaya— chaqueo la lengua Jai — con que todo ésto es por una zorra traga pollas, por una puta insignificante. ¿ como está ella?, supongo aún tiene mis marcas en su culo— rio recibiendo un segundo puñetazo por parte de Jessi


— ¿ sabes lo que es séptimo círculo del infierno, Jai? — preguntó Jimin en tanto caminaba por la habitación aún iluminada por las luces del exterior— ¿ acaso no hueles el hedor de la violencia de tu ser?, el hedor de los violentos—


— no voy a caer en tu maldito juego de mierda—


— el séptimo círculo es donde yacen los violentos, mi buen amigo— volvió a decir Jimin— donde el buen Dante, guiado por el noble Virgilio pudo ver a los violentos que moran y sufren en aquel lugar. Tres son los anillos en aquel lugar. Tu mi buen amigo— levantó las manos dando un aplauso que automáticamente hizo encender las luces del lugar — estas en el primer anillo, donde los violentos con su semejantes, tienen su castigo—  señaló Jimin a un par de hombres que estaba cerca de las paredes de la habitación— ellos han sido los centauros que han disparado las flechas impidiendo tu escape— sonrió— el castigo en el primer anillo es ser atacado por ellos, violentos animales impartiendo violencia. Ahora es nuestro turno ser violentos, Jai—


Jai miró a su alrededor, el gran salón era bastante espacioso. Grandes ventanas en las paredes adornaban el lugar, mientras en un costado una enorme bañera rectangular metálica se veía pulcra. 

Cerca de ésta también había una especie de sitial completamente de color negro adornado con discretos pero hermosos adornos, pero más importante un tipo con una encantadora sonrisa estaba sentado en aquel lugar


— ¡ bastardo de mierda! — grito Jai a Jichul que lo miraba desde aquel lugar— ¡ termina con éste maldito círco de una buena vez! —


— claro que terminaremos — habló Jimin tomando la barbilla de Jai — dime ¿ recuerdas tus pecados de la violencia, buen Señor? —


— recuerdo haber dado lecciones a perras como Sally— sonrió mirando a Jimin— y  a tu pequeña perra, bastardo. Esas perras son las que atesoro en mi memoria — volvió su mirada al tipo que tenía enfrente con esa horrenda máscara— ¿ quieres saber lo que se siente romper a esas perras? ¿ quieres saber lo que fue destrozar a tu perra? —


— no es necesario — sonrió Jimin, voy experimentarlo en éste momento. 

Retrocedió un par de pasos levantando la sabana que cubría la mesa cercana— es hora de divertirnos Jai— 


Mientras el nombrado miraba los múltiples instrumentos quirúrgicos sobre aquella mesa. Y otros tantos, que por su perspectiva no podía apreciar muy bien. 


— ¿ sabes Jai? — habló Jimin tomando unas tijeras, caminado hasta donde éste se encontraba comenzó a cortar los pantalones del hombre— la mutilación genital en las mujeres me parece de una bajeza realmente detestable. Y segundo sé— vió como había cortado completamente la tela que cubría una de las piernas del hombre, extendió las tijeras a Jessi que imitó su actuar con la otra pierna— no sólo con Sally practicaste aquello

Incluso me he enterado que has hecho eso a una niña —


— ¿q-que mierda vas a hacer? — preguntó Jai viendo como su pantalón era completamente arrancado quedando desnudo


— bueno, mi primera idea— dijo Jimin volviendo a la mesa comenzó a inspeccionar los instrumentos— era hacerte lo mismo que a ellas, pero lamentablemente no tienes una vagina la cual poder cocer. Entonces recordé que tienes un pene— levantó la pequeña cierra de mano mostrándose a Jai— que puedo mutilar—


— ¡ alto! ¡ no! ¡ no! —intentaba forcejear tirando de las esposas inútilmente, viendo como aquel tipo extendía dicha cierra a la mujer a su lado — ¡ maldita perra! —


— cierra el pico, imbécil— solo dijo Jessi— disfruta el espectáculo y espero, que también se grabe en tu puta memoria—


Jessi tomó con firmeza el pene de Jai estirandolo con fuerza, mientras llevaba la cierra bajo los testículos de éste comenzó a cortar con determinación. Los gritos por el lugar no se hicieron esperar, desgarradores alaridos en los oídos de los presentes. 


— ¡ v-voy a ver a tu...perra en el infierno! — gritaba entre alaridos Jai sintiendo el dolor con cada centímetros de su piel irse desprendiendo sin misericordia alguna. 


— no será necesario que me busques en el infierno Jai — habló Jimin quitando la máscara de su rostro, para después tomar el rostro del hombre entre sus manos — mírame, Manoban estoy aquí ¿ no querías ver el rostro de tu perra? —


— t-tu estas m-muerto — miraba con terror el otro viendo el perfecto rostro de aquel chico que le acompañaba cada noche en sueños enfermizos, vió como el rojo intenso en el ojo del otro centelleaba completamente. Incluso podía furar ver  las llamas del infierno moverse en aquel globo ocular. 


— claro que estoy muerto, Jai— sonrió Jimin mirando como la palidez del hombre comenzaba a notarse debido a la sangre que iba perdiendo— te he dicho que estamos en el infierno, aquí todos estamos muertos. Somos los castigadores de violentos como tú, de basura como tú — miró a Jessi que estaba a punto de terminar. 

Llevando su mano hasta el pene del hombre, jaló con fuerza desprendiendolo de cuajo— ¿ ves esto? — movió burlón el pene del hombre frente al rostro de éste— es ahora un presente para Sally, y probablemente comida para los canes. Ha eso quedaras reducido, a maldita comida para los perros— lanzó el pene cercenado al suelo — quiero que aguantes al menos dos minutos más — tomó Jimin un par de vendas cubriendo la sangre que salia de la zona de la entrepierna de Jai. Mientras Jessi ejercía presión evitando el desangrado. 


— recuerdo muy bien cuando fuiste a mi, Jai— volvió a hablar Jimin — cuando destrozaste todo en mi interior sin compasión— tomó desde la mesa un objeto que mostro a Jai— no te duermas— dió pequeñas bofetadas en la mejilla de éste— mira, he confeccionado ésto pensando en ti, y necesito que mantengas al menos tres putos sentidos para que los disfrutes — sonrió mostrando el enorme dildo metalico con pequeñas incrustaciones laterales como espinas


— ¡ no! ¡ no! — abrió los ojos de sobre manera Jai viendo como Jimin caminaba hasta posicionarse a sus pies— ¡ no!, ¡ por favor! ¡ nooo! — gritó al sentir como la punta de aquel objeto era metido en su ano— ¡ piedad, por favor! —


— ¿piedad? — dijo Jimin subiendo a la enorme mesa metálica mirando a Jai— ¿ me estas pidiendo piedad?, cuando tus actos violentos jamás conocieron la palabra misericordia, cuando destrozaste a muchos y te regocijaste en ello. ¿ me pides piedad?, cuando te grite esa misma palabra — levantó el pie pateando con fuerza el dildo contra la entrada del otro introduciéndolo completamente en el interior de éste— ¡ no existe la maldita piedad Jai— se subió a horcajadas sobre el otro tomando el rostro de éste, vió como éste convulsionaba — ¡ no pierdas la maldita conciencia! — azotó la cabeza de éste contra la fría superficie de la mesa, logrando tener la mirada de Jai nuevamente sobre la suya— mírame Jai, quiero que veas mi rostro y te lo lleves grabado al infierno. Mírame y descubre que mi infierno te va a seguir en las mil vidad que desees vivir — pasó su lengua sobre los labios del otro— tu hedor y el miedo saben tan bien, que hoy gustoso me comeré tu corazón. Pero antes de eso, quiero tu cabeza Jai — bajó Jimin de la mesa. 

Mirando como el cuerpo del hombre se contraía en horrendos espasmos, mientras la sangre caía como un hermoso torrente manchando el suelo. 


— ¡ hoy, Jai! — habló Jimin alzando la voz— ¡ soy el emperador de éste infierno! ¡ soy Satanás que ha venido a tu encuentro! ¡ te ha juzgado y te ha declarado culpable! ¡ soy un verdugo, un orate, un cuerdo. Un recuerdo un ahora y un mañana!¡ hoy soy un emperador!— caminó hasta donde se encontraba Jichul. Sentandose en el apoya brazos acarició el rostro del mayor, mientras acercaba sus labios hasta la oreja del otro — tráeme su cabeza, Jichul— susurró


Mientras el otro solo asentia, poniéndose de pie. 


Jai que aún permanecía consciente a pesar de la vida arrancandose de sus manos, vió como el alto hombre se acercaba a el, no sabía si era producto de sus convulsiones a la hora de la muerte,pero podía ver como con cada paso el piso se tornaba en llamas,mientras el hedor a azufre se sentía en todo el lugar. Notó como éste desenvainaba la reluciente katana que se dejaba ver amenzadora con la hoja flameante y deseosa. 


— muchos creían — habló Jichul acariciando con la hoja de la katana el cuello de Jai— que era una barbarie cortar el cuello de un enemigo ya caído, una crueldad innecesaria. Pero, es la ofrenda más preciada que podemos dar a un emperador — levantó la espada apretando con firmeza— tu cabeza, será mi regalo para mi niño bonito— sonrió Jichul— nos vemos en el infierno nuevamente Jai—


Blandio la espada con un rápido movimiento cortando de un solo movimiento la cabeza. 


La segunda pluma habia caído. 




























— ¿ que es eso? —


— es una solución a base de algunos químicos que preparó mi hermano— respondió Kojiki levantando la ballesta disparó una flecha al torso que se deshacía en la bañera


— no se siente ningún olor— dijo Jessi apoyando sus manos en la bañera, mientras miraba como la carne del cuerpo de Jai se iba desintegrando poco a poco — pensé que sería una especie de cloro, o ácido —


— sinceramente no sabría decirle, Señora— habló nuevamente el otro— mi hermano es el inteligente, es una mezcla preparada por el. Pero si desea puedo pedirle que le explique—


— más tarde— se puso de pie Jessi palmeando el hombro del hombre, para después caminar hasta donde se encontraba Jimin — ¿ estas bien, jefe? —


— ¿ porque no lo estaría? — preguntó Jimin


— no lo sé, lo que es yo. Siento un maldito revoltijo en mi estómago — miró a Jichul— esa espada tuya es muy buena—


— gracias — respondió Jichul mirando a la mujer— será mejor que vayas a descansar—


— precisamente eso haré —


— no olvides llevarte ésto— caminó Jimin un par de pasos pateando el pene de Jai que aún permanecia en el suelo— es mi regalo para la linda Sally —


— claro jefe— vió como éste se agachaba tomando de los cabellos la cabeza cercenada del hombre — ¿ no irás a descansar? —


— la noche es joven— sonrió Jimin— y tengo una cita, una cena—


— ¿ quieres que te acompañe? — preguntó Jichul


— no — solo respondió el menor, sonriendo con posterioridad— no me esperes, y descansa —


Salió de la habitación dejando a los demás en aquel lugar


— ¿ una cena? — miró Jessi al hombre a su lado


— con un comensal bastante especial— sonrió Jichul mirando hacia la bañera, donde casi no quedaba evidencia de aquel cuerpo, y ese miserable. 

Vió como el hueco en el pecho de éste evidenciaba la falta del corazón, pues éste había sido tomando por Jimin. 













































— ¿ que hora es? —


— cuatro de la madrugada - habló Jimin dejando una de las bandejas sobre el buro — ¿ has dormido bien? —


— como todas la noches— respondió el otro sentándose en la cama — supongo has traído novedades ¿ o no? —


— te dije— habló Jimin dejando ésta vez la bandeja sobre las piernas del hombre— que en ocasiones especiales vendría ¿ o no?, hoy es una de ellas. He venido a cenar contigo, come por favor —


El otro solo asintió acercando su mano a la bandeja, comenzó a palpar con cuidado buscando el tenedor. De la misma cuidadosa manera condujo aquel utensilio hasta el plato tomando un poco de la comida, la llevó a su boca comiendo con cuidado el bocadillo que al parecer era carne, pues su textura así lo demostraba. 


— ¿ te gusta el sabor? — preguntó Jimin llevando su mano hasta la mejilla del otro


— no está mal—


— es el corazón de Jai — sonrió Jimin viendo como el otro dejaba con cuidado el tenedor sobre la bandeja. Con cuidado siguió acariciando el rostro del contrario, palpando cerca de la cuenca de uno de los ojos, pues allí ya no había nada— lo traje especialmente para tí — tomó el rostro de éste en tanto se acercaba y dejaba un tierno besos sobre los labios de éste — quiero que te comas todo el corazón de Jai, mi querido Manoban Solomon. Come el corazón de tu maldito hijo, querido—


Sonrió tomando el tenedor en tanto daba de comer al otro que consumía sin protesta alguna, solo con una que otra lágrima cayendo por una de sus mejillas.

Hace años atrás le había arrancado uno de sus ojos a ése miserable y ahora, lo tenía allí con vida encerrado hasta que los demonios viniesen por su alma. 



























































Ahora sí, va a pasar un largo tiempo para que nos volvamos a leer aquí. Cuídense. 





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