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História La lista del Fénix - Encontrado


Escrita por: IngridAlighieri

Capítulo 6 - Encontrado













— ¡ sueltenme! — forcejeaba el hombre contra los dos tipos que lo tenían inmobilizado en el suelo — ¡ sueltenme, ayuda! — siguió gritando, sintiéndose inútil ante la presión ejercida por aquellos tipos


— guarda silencio, pedazo de mierda — se escuchó depronto, mientras el sonido sordo de los tacones sobre la baldosa dejaba un sonido único y potente — por más que grites, nadie vendrá en tu ayuda, éso deberías saberlo ¿ no? —


La figura de una delgada y alta mujer se hizo presente ante sus ojos. Ésta vestía elegantemente, mientras un par de gafas rosadas ocultaban sus ojos. 


— Thian Nguyen — tomó el pequeño decorado que estaba sobre el escritorio — Kinesiólogo. Quien lo diría —


— oigan — habló el hombre en el suelo— no tengo mucho dinero, pero pueden llevarse lo de valor, solo déjenme tranquilo. Solo me gano la vida honestamente, ya ven mi consulta, no tengo grandes riquezas, se los suplico —


— no se trata de dinero— habló la mujer revisando los papeles que habían sobre la mesa. Algunas carpetas — tengo bastante. Lo que me trae aquí es algo un poco más personal, así que no necesito que me salga con los típicos sobornos —


— ¿ personal? — preguntó el hombre bastante asustado mirando como la mujer ahora caminaba hasta él, poniéndose de cuclillas— yo ni siquiera la conozco Señorita, ¿ que pude haber hecho?, usted me está confundiendo—


— hace años he estado buscandote— movió sus manos llevándola hasta el rostro del hombre— operaste tu mentón, incluso te has puesto botox en las mejillas. Has distorsionado tu rostro casi irreconocible— acarició el largo cabello de éste— incluso te has hecho injerto capilar. Astuto — sonrió quitando sus gafas— pero no perfecto. Como te dije, por un par de años te he buscado y mírate, ahora te tengo aquí, fre...—


— no sé d...—


— Woo — sonrió la mujer— ¿ o prefieres Manoban Jai?. Te he encontrado bastardo, y no puedes negarlo —


Se puso de pie la morena, mirando al hombre que hasta hace unos segundos atrás miraba temeroso, y que ahora sonreía con sorna. 


— bravo, perra-- dijo— me has encontrado, supongo que debo aplaudir tu brillante trabajo, ¿ quieres que suplique por mi vida?. No, no lo veras de mí. Estoy preparado para recibir una  bala de parte de Min, ¿ eres su perra cierto? —


— mi jefe te ha buscado, Woo— sonrió Jessi sacando el celular de su bolsillo— ¿ te has estado preparando a recibir una bala por parte de Min? . Entonces, no retrasemos ésto. Es hora de que tu,  y yo nos divertamos, bastardo-- levantó su pierna derecha descargando una fuerte patada en la cabeza del hombre que lo llevó a la inconsciencia. Después miró a los hombres— lleven a esa basura al automóvil— caminó por la consulta medica, mientras aquel tipo era arrastrado por su personal. Marcó el número telefónico, escuchando como los tonos de marcados se hacían realmente eternos — Lo encontramos— solo dijo cortando la llamada inmediatamente. 


Dos palabras que cambiaban el curso de muchas cosas. 


— a jugar, bastardo— sonrió Jessi saliendo de aquel lugar, esperando jamás volver. 

































— sé que ésto no traerá lo que realmente anhela tu corazón, pero al menos podrás estar tranquila, que tarde o temprano la justicia llega — sé acomodó con cuidado sobre el amplio tatami de bambú, doblando sus piernas, mientras apoyaba sus manos en el suelo e inclinaba su cabeza, haciendo topar su frente en el bambú— perdóname, sé que no existen palabras para expresar lo que siento, pero necesito que al menos tu y yo tengamos paz. Que él tenga la paz que necesita, necesito que me perdones —


— cuando me enteré de la noticia, no negare que me destrozó el corazón — dijo la mujer llevando su mano hasta el cabello de Jimin, lo acarició con suavidad — Yeonpyeong, era un buen hombre, pero ambos. Tanto él como yo, sabíamos que él trabajar para los Park era un riesgo— golpeó levemente él hombro de éste indicándole levantase la vista— jamás albergue rencor contra usted, Señor Jimin. Usted no jaló el gatillo, usted no lo hizo—


— pero también fuí culpable, tal vez en menor grado, pero culpable— tomó el pequeño cofre dejándolo frente a la mujer, lo abrió con cuidado— hace años te lo prometi, que te traería el corazón de la persona que jaló el gatillo— sonrió mirando como el corazón de Bianca se veía intacto en aquel cofre, la sangre ya comenzaba a secarse, nada en comparación a cuando él lo arranco del pecho de la mujer— éste es el corazón de Bianca Novick —


Minjie miró el cofre, como el corazón en aquella caja se veía realmente atrayente, hermoso, tétrico. 

Jimin hace varios años la había sacado de la residencia Park, llevándola a ella y a su hija hasta Japón. 

Él había tomado la responsabilidad de cuidar a ésa mujer y a la hija de ésta; al menos así podía cumplir en algo a ése hombre que había muerto de manera injusta, pero aún así no era suficiente. Necesitaba más, necesitaba hacer pagar a la culpable. 


Necesitaba arrancarle la vida a Bianca Novick. 

Y así lo había hecho, y como ofrenda era entregado a la mujer frente a el. 


— quisiera decir que puedo sentir odio, o tristeza por ésta mujer— habló Minjie cerrando el cofre— pero en éste momento solo siento el alivio de que esa mujer, pagó lo que hizo. Espero Dios pueda perdonarla—


— me alegra— se puso de pie Jimin — que ambos sacaremos el peso de nuestros hombros— sonrió acariciando el hombro de la mujer— ve a descansar querida, en la tarde quiero ver a tu hija, le traje muchos regalos ¿ esta bien? —


— esta bien, Señor Jimin— sonrió la mujer viendo como el hombre caminaba hasta la entrada de la habitación, abriendo la puerta. 

Viendo como éste se detenía, mientras su mano se mantenía en el pomo de la puerta


— no la perdonó—


— ¿ como? —


— has dicho, que Dios pueda perdonarla— sonrió ampliamente Jimin regalándole una mirada a la mujer— Dios me la entregó, y la arrastre al infierno. Yo, derrame sus entrañas, mientras Dios observaba feliz. No, Dios no la perdonó —


Cerró la puerta una vez había salido, dejando a la silenciosa mujer con un pequeño cobre de plata, y en su interior un corazón culpable. 





















— Buenos días—


— Buenos días— respondieron los hombres haciendo una reverencia. 


Realizando el mismo gesto siguió caminando por los pasillos de la residencia.  Como siempre, las primeras horas de la mañana eran bastante silenciosas en ése lugar. 

Solamente se desplazaban por los pasillos uno que otro empleado en sus labores cotidianas. 

Se detuvo por unos segundos a mirar el jardín, viendo como a lo lejos se veía la pequeña casa a la cual no había ido hace mucho tiempo. Observó el camino, el hermoso puente en el jardín que conectaba la residencia y la pequeña casa austera a lo lejos. 


— probablemente vuelva a ir — suspiró, mientras retomaba el camino que conducía sus pasos ligeros y con rumbo determinado — vaya —


Sonrió mirando hacia la puerta de la habitación, viendo como la delgada mujer salía de aquel lugar. 


— oh, Joven Jimin. Buenos días— hizo una reverencia, mientras acomodaba el abrigo que cubría su cuerpo


— Buenos días para ti también, Yuki— sonrió Jimin observando con detenimiento— me imagino que has pasado buena noche ¿ cierto? —


— claro, y supongo que usted también ¿ no? —


— por supuesto. ¿ está despierto? —


— está desayunando — caminó la mujer alejándose un par de pasos


— ¿ no te quedas a hacerle compañia? — preguntó el pelinegro señalando la puerta frente a el


— no — sonrió cordial la mujer— ya cumplí con mi cometido, ahora debo volver a mi trabajo, si me necesita dígale que me llame, o me busque el sabe donde encontrarme—


— descansa — movió su mano Jimin despidiéndose de la mujer,  que a paso lento sé encaminó por el extenso pasillo de la residencia, perdiéndose de su vista con posterioridad. 


Llevando su mano hasta el pomo de la puerta la abrió sin siquiera pedir permiso para poder entrar. Cuando hubo entrado cerró la puerta tras el, mirando al hombre sentado en la cama con una bandeja sobre su regazo. 


— ni siquiera te voy a preguntar si pasaste buena noche— sonrió Jimin— pues me encontré a tu chica saliendo muy feliz de aquí, me alegra que te diviertas Jichul—


— ¿ vienes llegando recién? —


— sí — habló Jimin caminando hacía la cama, se quitó la chaqueta dejándola al borde de ésta, se giró dándole la espalda al contrario mientras levantaba la camisa — ya está listo. Bianca Novick ya no existe en éste mundo, ni en mi cabeza, y tampoco en mi cuerpo ¿ que te parece? —


— Eunwoo siempre hace hace un buen trabajo— miró el moreno el tatuaje en la espalda del contrario, viendo como el nombre de la mujer había sido tachado de aquel lugar, mientras al lado de donde estuvo éste ahora solo había dibujada una pequeña pluma roja y una calavera — me imagino que fue un trabajo minucioso —


— claro, por eso me quedé con el anoche— bajó su camisa, mientras se dejaba caer sobre la cama de Jichul — además, parece que anoche estuviste diversión así que supongo ni siquiera has notado mi ausencia —


— claro que noté que no estabas, pero supuse que estabas en buenas manos— bebió un sorbo de su café— por lo demás, no soy tu padre para mantenerte vigilado, y  ya eres un adulto —


— sí, estaba en muy buenas manos— sonrió— Jichul ¿ puedo hacerte una pregunta? —


— claro —


— eres un tipo apuesto. Viejo, pero apuesto. Eres un líder, a decir verdad de las mafias más importante del planeta, podrías tener a quien quieras. Pero aún así ¿ contratas una prostituta como Yuki para satisfacerte?, ¿ estas enamorado de ella? —


— Yuki y yo tenemos una conexión especial, Jimin. Probablemente sí te la explico, no lo entenderías — tomó un poco de  arroz, miró a Jimin que estaba sentado a su lado — ¿ desayunaste? —


— no, Eunwoo es un asco en la cocina—


— abre la boca — extendió los palillos con un poco de arroz, depositandolo en la boca del pelinegro— te he dicho que debes desayunar —


— no se supone— habló Jimin tragando el bocado — ¿ que no eres mi padre? —


— quítate los zapatos y acomodate bien— dijo Jichul viendo como Jimin rodaba los ojos, pero aún así obedecía apoyando su espalda en el respaldo de la cama— te he dicho que la alimentación de la mañana no se debe suspender— tomó la bandeja colocándola en el regazo del pelinegro— ahora come —


— ¿ no vas a comer? — preguntó Jimin tomando con posterioridad un sorbo de té


— sí, pediré otro desayuno. Después de desayunar tengo una tarde muy ocupada, así que no me veras en todo el día —


— también pienso salir, así que no te preocupes— dijo Jimin moviendo el pescado hervido sobre el pequeño plato— pienso ir por unos asuntos ¿ me prestarías a los gemelos? —


— sería idóneo que te acompañen, Jackson debe ir conmigo. Me sentiría más tranquilo sí Keiji y Kojiki te acompañan— lo miró el moreno — éso sí, evita lo de la última vez—


— aguafiestas— bufó Jimin— fue divertido ver como me buscaron por toda la ciudad ¿ no lo crees? —


— com...—


Depronto el sonido del ringtones de un celular interrumpió su plática. 

Jichul miró el buró a un par de metros. Levantándose tomó el pantalón que estaba en uno de los divanes, sacando la llave del bolsillo se dispuso a abrir el buró. Una vez abierto uno de los cajones extrajo el celular que seguía sonando. 

Volviendo sobre sus pasos se sentó al lado de Jimin. 

Apretando el botón verde sobre la pantalla y también el altavoz, se escuchó una voz al otro lado de la linea 


— lo encontramos— luego de ésto habían terminado la llamada. 


Jichul dejó el celular sobre su regazo, mientras miraba a Jimin y como la sonrisa de este se ampliaba. 

Dos simples palabras, dos sencillas palabras habían dejado muy claro todo aquella mañana. 


Pronto caería la segunda pluma del Fénix. La sentencia estaba próxima, y el culpable, en camino. 





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