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História Una parte de mi - Enigma


Escrita por: BabyStronger

Notas do Autor


Hola! .Ha pasado un tiempo desde mi última actualización y bueno.. Este es el primer capítulo! Espero que sea de su agrado, me ha tomado mucho tiempo hacerlo y es por eso que estoy feliz de haberlo terminado.

Capítulo 2 - Enigma


Fanfic / Fanfiction Una parte de mi - Enigma


La profesora se acercó a mi con una caja:

- Es todo lo que dejó. -comentó entregándomela. Observe la caja, era de cartón y estaba decorado a mano, tenía una cruz y un corazón dibujadas, mis ojos se llenaron de lágrimas; esos símbolos...era verdad, era de ella.- No se qué contenga pero me dijo que era algo privado entre ustedes y que hiciera el favor de entregártelo -continuó con su mano en mi hombro- No lo revise porque confío en ella y conozco la linda amistad que tenían... -levanté mi cabeza y la miré a los ojos, parecía tenerme lástima- Lo siento, se que debe ser duro para ti, la querías mucho. Nosotros también la extrañaremos, a pesar de todo Andrea era una buena alumna. -Andrea...

No aguanté más, al escuchar su nombre la primera lágrima surgió.

Quería ser amable, su profesora no tenía la culpa de que ella se fuera pero no podía, no podía ni siquiera pronunciar un "gracias".

Sequé mi rostro, no quería la lástima de nadie, di media vuelta y camine en dirección a la salida.

Mis pasos eran lentos, mis lágrimas eran rápidas, una tras otra sin pudor, sin vergüenza, ya no había porqué ocultarlas, por que ser fuerte.

La gente me miraba, no me importaba, yo solo quería salir, ir lejos, estar solo. Vi a sus compañeros a lo lejos, algunos me miraban sorprendidos, como asustados, otros con los mismos ojos de la profesora y los demás con una sonrisa de satisfacción, ellos estaban felices por su partida y querían burlarse de mi.

No aguanté, fruncí el ceño y les retribuí una mirada de odio, no me encontraron en mi mejor momento para permitir sus bromitas y pagarían caro por ello. Aceleré mis pasos en dirección a uno de ellos pero una voz me interrumpió.

- ¡Bastian!, ¿qué haces fuera de clases con la mochila puesta?, nuestro receso ya terminó, regresa al salón -era mi profesora, la ignoré y salí por el portón trasero que para mi suerte estaba abierto- ¿A DÓNDE VAS? - seguía gritando. Rode los ojos, cualquier voz en ese momento me aturdía, la única voz que quería escuchar ya no estaba.

Mis pasos se aceleraban y antes de que me diera cuenta ya estaba corriendo. Corría y corría sin algún rumbo, sin un lugar específico a dónde ir.

Alcancé la parada y subí al primer bus que vi cruzarse en mi camino. Me senté en el fondo con la intención de no llamar mucho la atención pero fue en vano, sentía miles de ojos clavados en mí, eso no me perturbaba en lo absoluto, tenía razones más importantes para estar perturbado. Miré la ventana procurando tranquilizarme pero eso era imposible, no había manera de distraerme, el dolor parecía aumentar a cada segundo transcurrido.

Me levanté y fui hasta el timbre, lo toqué pero el autobús seguía su curso, lo presioné nuevamente y no atendía mi pedido, una, dos, tres veces más y continuaba sin respuesta.

- ¡YA ESCUCHÓ! -gritó un señor- No va a parar donde quieres si es lo que deseas por la forma en que lo pides, faltan tres cuadras para la próxima parada.

No respondi nada, simplemente permanecí en silencio, él tenía razón. Las puertas se abrieron y bajé en la parada, caminé sin sentido, la gente me observaba pero nadie se acercaba ni me dirigía la palabra, era mejor así.

Retrocedí unas doce o trece cuadras, no las tuve en cuenta, hasta llegar a nuestro lugar favorito, el sitio dónde más tiempo pasé con ella, nuestro punto de desahogo. Ella odiaba que lo nombrase así, para ella era "la guarida de la libertad", el nombre hablaba por sí sólo, el refugio donde nos sentíamos libres, libres en todo sentido que la palabra pueda contener, aquí nos sentíamos ajenos del mundo o de nuestra realidad como dos extranjeros fuera de su país, o mejor aún, como dos alienigenas en un planeta desconocido pero confortable, aquí sólo existíamos nosotros dos y nadie más.

Avancé hasta llegar a la orilla del río, miré a mi alrededor; el sol arriba muy fuerte, el sonido de las aguas con el cristalino color que reflejaban, los hermosos árboles y plantas florecientes, y el trillar de los pajaritos, todo parecía estar en su lugar, el paisaje natural era lo que más me encantaba, pero ahora ya no estaba la estrella del lugar -como yo le decía- ,ahora nada parecía ser normal para mi, podría ser un lindo día hoy pero sin ella ya no me parecía atrayente, el día no podía ser considerado día sin su presencia.

Mi cuerpo pesaba y mis pies me dolían, me sentía cansado. Aún no podía asimilar lo que estaba aconteciendo, no entendía lo que me estaba pasando, era increíble aceptar que ella se había ido, que mi chica me había dejado, para mi ella no tenía razones, nada tenía sentido.

Las lágrimas fluían con más rapidez que las aguas que tenía en frente cuando pensaba en eso, no quería pensar en nada, quería vaciar mi mente y anestesiar mi corazón, sólo que eso era más que imposible. Respire hondo y cerré los ojos sintiendo la suave brisa rozar mi rostro, nunca en la vida había llorado tanto. Mis piernas se rindieron y caí al suelo, dejando caer conmigo la caja que me había dejado, aún no la abrí y tampoco quería hacerlo, temía encontrar algo del cual me arrepintiese ver, me aparté de ella y cargue en mis manos un poco de agua para lavarme la cara, mientras lo hacía escuche su voz: "Tienes que ser fuerte aunque ya no te queden residuos de fuerza, aunque parezca que ya todo está perdido porque si no eres fuerte nadie lo será por ti. Ten en cuanta que no me gustan los hombres débiles" .

Abrí mis ojos y la busqué con la mirada pero no estaba, era sólo un recuerdo de las palabras que me había dicho, eso era todo lo que me sobraba a partir de ahora: recuerdos. Alcé una piedra del suelo y la lancé al río con mucha fuerza con la intención de que ésta rebotáse pero no ocurrió, no sabía cómo desquitar la furia y la impotencia que llevaba dentro así que pegué un fuerte grito.

- ANDREAAAAAA!!! -exclamé.

Cuando finalmente estaba un poco más calmado fui hasta la caja y la cargué, me recosté por el árbol donde tallamos nuestras iniciales, me senté dejando que sus hojas me cubrieran del sol y me propuse a abrirla, necesitaba una explicación, tenía que ser fuerte como ella me aconsejó, ser valiente aunque trajera consigo más dolor.

La abrí y me quedé sorprendido con el contenido, dentro de ella estaban algunas cosas que reconocí de inmediato: la jirafa que le había obsequiado el día de la amistad, la pelota de golf que había perdido en la apuesta, la historieta que le había dado, la medalla que se la regalé en navidad y el anillo en año nuevo, un montón de hojas dobladas y atadas con una cinta, más una ropa de color azul, sin pensar dos veces la desdoblé y vi que era mi saco que no había encontrado y que había dado por perdido, no entendía que hacía allí, también desaté la cinta y revisé el contenido de los papeles; la primera hoja era un dibujo de mi, era imposible no reconocerme pues era idéntico a mi, parecía de un profesional y estaba hecho a lápiz sin pintar, pero no era de un dibujante era de ella porque su nombre estaba a un costado, en la parte de abajo.

No terminaba de admirar el dibujo era tan lindo y lo que más llamaba mi atención era la enorme sonrisa en su rostro.

Revisé la segunda y me encontré con mi dibujo, el que había hecho con ella estando aquí a mi lado, no me contuve y seguí la inspección esta vez encontrando las cartas que le escribí, las poesías y canciones que le había compuesto, y por último una nota escrita por ella.

A estas alturas ya no se si era miedo lo que sentía, me afligía el sólo hecho de ver su letra en un papel, presentía que algo malo iría a leer ya que no entendía porqué me había devuelto parte de las cosas que le di, nada bueno aparecería en el papel, estaba casi seguro. Tragué mi inseguridad y leí lo que tenía escrito, me quede sorprendido por lo leído, no encontré lo que pensaba pero aún así no logré captar bien lo que decía, por lo que decidí releer detalladamente palabra por palabra:

"Hola Nathan, si eres tú el que está leyendo esto entonces puedes seguir leyendo, si no lo eres pues no tienes mi autorización para continuar.

Se que te estarás preguntando las razones por la cuál me fuí pero en esta hoja no caben muchas letras para explicártelo como te mereces, por eso escribí otras dos cartas para contarte mis razones, ambas se encuentran en la guarida de la libertad (lugar en el que espero estés ahora) ,búscalas y cuando las halles escoge una, sólo podrás leer una de las dos cartas que escribí, se que te entrará la curiosidad pero si todavía sientes algo por mi respetarás mi decisión.

Para no ser tan implícita te pondré una condición para que puedas elegir una de ellas:

*Si crees que me fui estando enamorada de ti escoge la que tenga corazón.

*Si no es así y crees que me fui porque no te amo escoge la que tenga cruz .

No escojas al azar, se sincero contigo mismo y lee la que se base en una de las condiciones que te convenció."


No podía pensar claramente, sólo sabía que estaba en el lugar que ella esperaba y que tenía que encontrar esas cartas.

No tarde mucho tiempo en hallarlas, estaban en el primer lugar que se me ocurrió buscar: la casa del árbol. Subí y metí la mano en el hueco de una de sus ramas, el hueco donde antes era un nido de aves.

Las cogí y las observé por un momento, eran como ella las había descrito; una con un corazón en la apertura del sobre y otra con una cruz en el mismo lugar. La tristeza y el nerviosismo de hace un rato parecían menores, yo estaba feliz en encontrarlas y guardaba una pequeña luz de esperanza de que escogería la indicada.

Agarré la nota y la volví a leer, no podía dejar pasar por alto ningún detalle, tenía que estar seguro.

Era sencillo responder a sus condiciones ya que yo sabía que ella ya me amaba hace tiempo y que sólo lo ocultaba, entonces tome la carta con corazón y despegue el tope, cuando estaba por sacar a fuera el papel me vino un pensamiento extraño; por qué había hecho todo esto, escribir una nota y mandarme a este lugar en vez de expresar todo en la misma, ella había justificado con el tema del papel pero era obvio que no lo decía en serio, sino de dónde sacaría estos otros. Tal vez lo hizo porque no quería que la profesora o alguien más lo leyera por eso me envió aquí donde solo nosotros dos conocíamos -al menos por ese nombre- ,hasta ahí todo parecía encajar pero por qué dos cartas?, cuál era la función de escribirlas y prohibirme leer ambas, por qué sólo una? ,no entendía bien y además por qué se tomó la molestia de poner condiciones si me la dejaría tan fácil?.

Como si fuera magia mi foco se encendió, tal vez ella quería que yo creyera que era fácil, quizás su intención era que yo escogiese esta misma carta -la de corazón- y no la otra, pero por qué, eso solo lo sabría al abrir las dos y leerlas. No podía, ella fue más astuta y me puso otra condición antes , era mi deber respetarla.

Volví a meter la carta en el sobre y la dejé a un costado con la otra, analicé sus palabras; ella dijo que si creía que estaba enamorada de mi al irse escogiese la de corazón, y eso era lo que yo creía pero por qué me había preguntado algo que ella ya sabía que yo sabía, estaba seguro que ya se había dado cuenta de lo que pensaba al respecto, si de verdad me conocía sabría que el beso que le di antes de que desapareciera los tres días fue porque yo sabía que ese día sería correspondido, porque sabía que ella sentía lo mismo que yo, pues sabía que ya estaba enamorada de mi, entonces qué sentido tenía ponerme una condición tan incoherente, será que logré convencerle esta última semana con el reto que acepte?, habrá sido suficiente para hacerle creer que yo no tenía la completa certeza de lo que ella sentía por mi, o, al menos para hacerle entrar en duda?.

Estaba confundido, no por la respuesta sino por la pregunta, yo podía contestarla sin rodeos pero la condición no me convencía del todo, me daba la sospecha de que había algo extraño en ella. Analicé la otra condición: ella decía que si creía que se había ido porque no me amaba escogiese la de cruz, obviamente esta opción no estaba considerada, era ilógico creer que ella no sentía nada por mi después de todo lo que habíamos pasado, aunque la reacción más normal sería esa; el creer que se fue porque no me quería, porque no le había importado lo que sentía, lo que pensaba, opinaba y quería. Balanceé la cabeza negativamente, ella no era egoísta, pese a irse y dejarme yo le importaba y la carta era una prueba de eso, si no significaba nada para ella no se hubiese tomado la molestia de darme alguna explicación de sus actos, debatir sobre el amor que ella me tenía era llegar siempre a la misma conclusión.

Comparé ambas condiciones, aparentemente eran similares aunque una era el contraste de la otra: las dos mencionaban la palabra creer y estipulaban decidirme por una de las figuras de la carta de acuerdo a la convencida, también nombraban su partida y hablaban del amor. Cuando creía que no había muchas diferencias en ella me percate de una, en la primera decía: "si crees que me fui estando enamorada" y en la segunda "si crees que me fui porque no te amo" una indicaba un verbo y la otra un conector "estando" y "porque" ,me cuestioné la razón, al final la segunda condición debía de ser "si crees que me fui no estando enamorada" si es que pretendía ser el antónimo de la primera, pero no lo era, no era eso lo que pretendía, lo que pretendía esa frase era pasar desapercibida, como camuflayada, porque su verdadera intención era que yo creyese exactamente lo que pensé hace un momento, que me dejase llevar por mis emociones y no lograse pensar con la cabeza fría, que tuviera la reacción que todos tendrían en mi lugar y la acusase "justificadamente" por su forma de actuar aún sin enterarme de sus razones, por eso había intercambiado el conector 'porque' ,ya que dicha palabra servía para justificar algo, solo podía ser eso. 

Me sorprendí por lo calculadora que ella era, cada simple detalle era importante comprender cuando se trataba de algo proveniente suyo, por un lado parecía haberme subestimado al querer hacerme creer algo excluyendo mis habilidades para la compresión lectora pero por el otro parecía haberse preparado minuciosamente para plasmar cada palabra en esa hoja, ella era cuidadosa, en raras ocasiones cometía un error de cálculo, tal vez sólo quería causarme intriga para que escogiera una sin pensarlo mucho o tal vez lo que esperaba de mi era sembrar dudas -así como ahora- para que viése más allá del sentido literal y ampliáse la interpretación.

Cerré los ojos y suspiré alto, debía guardar calma y concentración puesto que esto llevaría su tiempo, no es que me preocupara por el tiempo consumido en el lugar sino más bien por la ansiedad de abrir la carta y enterarme de su explicación para lo ocurrido y ahí estaba el problema, ¿cuál escogería?, fruncí el ceño percatándome de mi pregunta, ¿cómo que cuál escogería?, por qué me complicaba tanto para elegir una como si fuese a errar, ella quería que fuese sincero y escogiese la que me convencía más y visiblemente era la de corazón pero...por qué aún no la leía? ,era como si dentro mío supiese que una de las cartas era la correcta y la otra la incorrecta, como si una fuese buena y la otra mala, como si una dijese la verdad y la otra una mentira y yo tuviese la posibilidad de escoger mal pese a estar convencido por una de las condiciones, y si esa era la razón para escribir dos cartas y permitirme leer sólo una?, suspiré nuevamente, si era así entonces por qué haría una falsa y otra verdadera, cuál era su objetivo para eso, preguntas y más preguntas aparecían cuando creía estar cerca de la respuesta alejándome así de una posible solución.

Abrí los ojos chocando con la imagen de dos líneas rectas unidas una sobre otra en direcciones opuestas; era el diseño de la cruz, ¿por qué una cruz?, pensé, el corazón simbolizaba el amor pero la cruz?.

- Una cruz? -pensé en voz alta, me embelecé con los detalles de mencionado objeto, ya sin esperanzas de descubrir nada relacionado a ella, cuando de pronto recordé algo...


Ahí estaba ella, a mi lado como siempre, apoyándome. Era el día en que me presentaría por primera vez a un casting, estaba más nervioso que la primera vez en que fuí con Simon al otro donde no alcancé a concursar. Andrea se acercó a mi y me tomó de la mano para tranquilizarme.

- Calma, confía en tu potencial que yo se que lo tienes muy elevado... -la oí decir, la encaré y pude notar su mirada sosegada, ella realmente creía en mi, estaba feliz por eso pero no podía demostrarlo, mi inseguridad era mayor.

- Gracias -respondí- me gustaría absorber tu optimismo. -ella suspiró cansada de tanto insistir en mi capacidad, luego la observe abrir sus ojos más grande de lo normal con una sonrisa esperanzada.

- Ya se! -exclamó entusiasmada. Ella bajó el cierre de su campera y sacó debajo de la misma un collar - Mira, ésta es una cruz, es mi cruz, ella está conmigo siempre, mejor dicho Él está conmigo siempre, no se si lo conozcas pero Él es mi Dios -dijo apuntando al hombre en la cruz- y me cuida y me ayuda en los momentos difíciles, en los momentos felices comparte mi alegría y me da la fortaleza que necesito para ponerme de pie. Estoy segura de que te ayudará a no sólo creer en ti mismo sino también a creer en que todo es posible con fe, deposita tus esperanzas en Él y entrega lo mejor de ti en ese auditorio, Nathan. -me consejo y me entregó el collar.

- Es...para mi? -pregunté todavía sin tomarlo.

- No. Te lo estoy prestando, infelizmente no te lo puedo dar porque es un regalo y un recuerdo muy valioso pero se quedará contigo por hoy -respondió poniéndolo en mis manos.

- Gracias, pero Dios está conmigo siempre sin necesidad de llevar un amuleto puesto -refuté, ella me miró indignada.

- Primero, no es un amuleto y segundo, en ningún momento dije que Dios estaría contigo únicamente si lo utilizas, si te lo di fue porque para mi significa mucho. -aclaró, su tono ya estaba a la defensiva- Para mi la cruz es el escudo que me libra del peligro, ella me recuerda a una persona que murió por mi a pesar de serle infiel pues Él siempre será fiel conmigo pase lo que pase. La cruz representa tantas cosas a la vez: es protección, sacrificio, vida, salvación, pero todo se resume en una palabra; amor. No creo que haya amor más grande que el sacrificio, el soportar el dolor para no herir a la persona amada -comentó y levantó su vista a la mía- ,es el símbolo del amor verdadero -continuó e hizo una breve pausa- Nathan, discúlpame pero no es un simple objeto, es más que eso...si no quieres usarla está bien pero no digas que Dios está contigo siempre cuando la verdad es que no lo tienes presente.

- ¿Dónde sabes si lo tengo presente o no?. No conoces mis pensamientos -retruqué.

- No necesito poseer la habilidad de leer mentes para conocerte, tu comportamiento habla por sí solo, tu pesimismo no demuestra tener a Dios presente, si lo tuvieras recordarías que está allí para iluminarte siempre y confiarías plenamente en Él. -concluyó. No discutí más, no tenía argumentos, una vez más ella tenía la razón.

Alcanzó su mano a la mía y cogió lo que antes me había entregado, la elevó hacia su cabeza pero antes de que pudiera ponérsela la interrumpí. Ella me miró desconfiada pero mi sonrisa la hizo cambiar de opinión; sabía que yo reconocía mi equivocación y que le otorgaba la razón, la estiré de sus manos y me la puse, le devolví mi atención en pos de responderle pero fue más rápida que yo: una sonrisa amable me esperaba en su encuentro.


- ¡BINGO! - grité entusiasmado, ya no tenía porqué estar preocupado ni tampoco en duda, finalmente sabía la respuesta correcta: era la cruz.










Abrí los ojos, sintiendo mi cuerpo completamente mojado de tanto sudar. Respiré profundo tratando de recuperar el aliento y observé el techo atentamente: otra vez el mismo sueño...









Notas Finais


Si tienen alguna pregunta relacionada a la historia no duden en comentar ❤


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